Hizo un día de mucha lluvia, no traje toalla para secarme y mi padre tuvo que comprarme una ya que acabé empapado.
En la carrera acabé 1º y me dieron varios regalos, entre ellos una mochila. Luego nos fuimos todos a comer a un restaurante unos entremeses y una paella riquísima, que al final no se sabe quien pagó, si Isidro o el recién elegido alcalde. Lo pasamos genial y nos reímos mucho, hasta la velada finalmente fue amenizada por un grupo flamenco.